Blanca Wells
Marina diría que, como Blanca es una adulta, es una mala persona. Sin embargo, Blanca sigue teniendo espíritu de niña, y por ello ha sido capaz de adentrarse en El lugar de las cosas perdidas y descubrir todos sus secretos.
Blanca creció rodeada de novelas de magia y fantasía, y siempre quiso compartir sus propias historias de vuelta. El lugar de las cosas perdidas es su primera novela, aunque confiesa que no es del todo suya: el Guardián se la contó y no pudo hacer otra cosa que ponerla por escrito.
Cada vez que le preguntamos cómo llegó allí su versión es distinta: buscando la pareja de un calcetín al recoger la lavadora, tratando de localizar el bolígrafo que cayó tras la mesa, durante una expedición arqueológica en busca de no-sé-qué arca perdida... De lo que no cabe duda es que se le da muy bien perderse (su sentido de la orientación deja mucho que desear).